Sixty ha logrado durante más de una década, promover las artes y diversos enfoques culturales de la vida a través de la creatividad de sus brillantes colaboradores a lo largo de los años. Celebrando una nueva era para nuestra publicación, presentamos una nueva serie Desde los archivos. Este proyecto ha sido creado para volver a visitar una selección de artículos e historias realizadas por la artista y poeta Natalia Villanueva Linares, guiada por el apoyo de la defensora de archivos comunitarios Jennifer Patiño y nuestra editora McKenzie Birmingham. Natalia está navegando por nuestros archivos buscando traducir artículos al español. El proyecto es un esfuerzo por compartir la generosidad del arte, revelar el compromiso cultural de Sixty e identificar el contenido intenso y a menudo conmovedor de estas piezas escritas que ella encuentra aún relevantes hoy en día, introduciendo nuestras prácticas artísticas y culturales contemporáneas a nuestra comunidad local de hispanohablantes.
Sixty has accomplished over a decade of promoting arts and diverse cultural approaches to life through the creativity of its bright contributors over the years. In celebration of a new era for our publication, we present a new addition: the series Desde los archivos / From the Archives. This project has been created to revisit a selection of articles and stories made by the artist & poet Natalia Villanueva Linares, guided by the support of community archives advocate Jennifer Patiño and our contributing editor McKenzie Birmingham. Natalia is navigating our archives looking to translate articles to Spanish.
The project is an effort to share the generosity of art, unveil Sixty’s cultural engagement, and identify the powerful and often poignant content of these written pieces she finds still relevant today – giving our contemporary artistic and cultural practices a welcoming feel to our local Spanish speaking community. To read the following article in English, click here.
Nací en Springfield, Illinois, y mi madre aún vive allí, así que hago un viaje anual desde mi casa, en la zona rural de Oregon para verla. Aparte de algunos otros parientes en el área, no tengo mucha conexión con esa ciudad, o eso pensaba. Al regresar de una de esas visitas hace dos años, mientras navegaba por las redes sociales, vi que el respetado artista del Medio Oeste, Buzz Spector, estaba vinculado a una exposición en una galería auto-descrita “de arte contemporáneo”, DEMO Project, en mi ciudad natal.
¿Qué? ¿Una auténtica galería de arte contemporáneo en Springfield? Si no hubiese sido por Spector exponiendo su arte basado en libros, en la galería, habría tenido mis dudas, ya que lo “contemporáneo” es usualmente visto como una forma de vanidad en vez de una postura crítica. Buzz Spector es un artista contemporáneo en la manera en que yo entiendo esta palabra. Pero porque en Springfield?
¿Por qué no? No faltan excelentes artistas hambrientos de oportunidades de exponer. Incluso si la galería se limitara a presentar artistas viviendo únicamente en Illinois, podrían llenar una lista durante años.
Quizás no sea sorprendente que DEMO está dirigida por cinco artistas: Allison Lacher, Jeff Robinson, Brad Balster, Brytton Bjorngaard y Shane Harris. Probablemente conocen suficientes artistas entre ellos para llenar la galería cada mes durante un par de años. Y aunque la mayoría de los artistas que han expuesto en los tres años de DEMO tienen una conexión en el Medio Oeste, un número significativo proviene de otras partes del país. Cuando visité la galería, los dos artistas que exhibían eran recién graduados de la Universidad de Oregón. Aunque no los conocía, conozco a dos de sus profesores, quienes asistieron a la escuela de posgrado cuando vivía en Chicago. Sí, es un pequeño mundo. Sin embargo, “a quién conoces” no es en sí suficiente para darle a DEMO Project la reputación que ha obtenido.
El éxito crítico de la galería incluye una lección objetiva para los artistas locales, independientemente de si alguna vez tienen la oportunidad de exponer en DEMO o no. A pesar de cierta competencia, los artistas deben depender unos de otros. Una economía de escala anémica lo exige. Vivir en la zona rural de Oregón me ha demostrado que esta interdependencia es especialmente crítica para aquellos de nosotros ubicados fuera de las principales áreas metropolitanas, porque no es raro que nos sintamos aislados y olvidados por el mundo del arte en general.
Esta reacción puede agravarse si el artista tiene grandes aspiraciones y hay pocas opciones locales disponibles. Si bien un remedio es viajar fuera del área para establecer conexiones con otros artistas y buscar oportunidades de exposición (para los artistas de Springfield, que podrían ser St. Louis, pero sobretodo Chicago), puede parecer una batalla cuesta arriba. A menudo sin recompensa, no es un curso que los artistas fácilmente disuadidos por respuestas ligeras o negativas, sigan por mucho tiempo. Tener un espacio como el Proyecto DEMO al cual regresar como un punto de enfoque tanto concreto como simbólico, puede mantener una sensación de esperanza para los miembros más aventureros del clan.
Soy consciente que no he escrito mucho sobre los artistas que han expuesto o específicamente sobre la programación de DEMO Project. Si estás familiarizado con el trabajo de Aimée Beaubien, Industry of the Ordinary, Buzz Spector, Will Hutnick, Mark Joshua Epstein, Sage Dawson, Allison Reimus, Conrad Bakker, Mike Rea, Erin Washington, Danny Volk, Bill Conger, Betsy Odom, Harold Mendez o Adam Farcus, entonces tienes una buena idea de lo que trata la galería. Más bien, lo que he hecho es establecer, de manera indirecta, un contexto sobre cuán notable es que aquel programa aún exista y perdure en Springfield. Simplemente deseo elogiarlos y agradecerles por sus esfuerzos.
Ubicado en un terreno y gracias a las buenas gracias de la Asociación de Artes de Springfield, DEMO opera con un presupuesto que proviene de su propio bolsillo, por lo tanto, muy reducido, uno que no cubre las necesidades de servicio público (la asociación Springfield Arts proporciona electricidad). Del mismo modo, los artistas financian sus propias exposiciones en DEMO y son acogidos en las casas de los miembros de DEMO. Al igual que la mayoría de los espacios alternativos, nadie realmente espera recuperar los gastos a través de las ventas.
Aún así, la galería persiste.
Al llegar a su cuarto año de funcionamiento, DEMO ha recibido recientemente una fecha fija para la demolición de su casa (de ahí proviene el nombre de la galería). Teniendo el conocimiento de la envergadura de lo que se necesita para ejecutar una empresa de este tipo, que DEMO haya durado más de dos años, es notable. Sin duda, ha sido una experiencia invaluable para quienes operan la galería, para los artistas que han expuesto o expondrán allí, y para los lugareños que patrocinan el espacio. Cuando esa bola de derribo finalmente caiga en la primavera de 2018, tengo la sensación de que no todo se perderá, ya que Springfield probablemente verá otra iteración de DEMO. Una parte de mí desea haber vivido de nuevo allí para verlo.
Patrick Collier escribe crítica de arte para Oregon ArtsWatch (www.orartwatch.org) en Portland. Cuando vivía en Chicago, escribió para The New Art Examiner. Es autor de varios ensayos para catálogo.
Collier también es artista. Con una licenciatura en filosofía y una maestría en literatura inglesa, ambas de la Universidad de Southern Illinois en Carbondale, además de una maestría de la Universidad de Illinois en Chicago, su enfoque de la creación artística es multidisciplinario, incluyendo poesía, dibujo, escultura, fotografía y video, a menudo en la misma obra de arte o instalación. Exposiciones recientes incluyen The Suburban en Illinois, Nine Gallery en Portland y ArtWorks CEI Project en Corvallis.