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La Casa Que Vive Dentro de Mí: una Entrevista con Mariana Noreña

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Para Noreña, el paisaje y los elementos que encuentra en sus recorridos es el inicio de su práctica de arte en donde investiga y cuestiona la historia del lugar que nos rodea.

Mariana Noreña, Pino Ceniza, 2024. Tocón de pino y cenizas. Foto x Kat Bawden.
Mariana Noreña, Pino Ceniza, 2024. Tocón de pino y cenizas. Foto x Kat Bawden.

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Haber nacido en Bogotá, Colombia, Mariana Noreña creció alrededor de montañas y la naturaleza que desarrolló una sensibilidad al mundo de la naturaleza, siempre en búsqueda de cambios y rastros en el ambiente que resultó en ser educada en las plantas, piedras, y montañas. Para Noreña, el paisaje y los elementos que encuentra en sus recorridos es el inicio de su práctica de arte en donde investiga y cuestiona la historia del lugar que nos rodea. En su aprendizaje en usar los elementos en sus piezas empezó a experimentar con tintas naturales. Noreña se mudo a Chicago hace tres años y en esta entrevista nos platica sobre su decisión de mudarse de su tierra natal y cómo eso ha influenciado su vida y arte. Nos cuenta también sobre su exhibición actual en Murmuration, un espacio de arte nuevo en el barrio de Humboldt Park en Chicago. 

Mariana Noreña, Tierra Ceniza, 2024. Ceniza y tierra. Foto x Jonas Müller-Ahlheim.

Mariela Acuña: Gustarias empezar con descubriendo tu relación con tu alrededor y como aparece en tu trabajo?

Mariana Noreña: Yo me crié al lado de los Andes. Siempre me ha interesado cómo cambia la tierra. Mi práctica está conectada a eso en comparación con mi cuerpo. Para materializar la intimidad del ambiente uso mi cuerpo como un recipiente de emociones que resulta en instalaciones, esculturas, y textiles. Me gusta pensar en la naturaleza como un cuerpo que siente y tiene gestos. Cuando menciono el ambiente, hablo de la naturaleza y el lugar en donde estoy. 

Mis ganas de tener una relación con la tierra creció cuando me mudé a Chicago.  Cuando vivía en Colombia, todo mi trabajo era sobre el mundo de la naturaleza. Empecé a pintar las plantas de mi jardín. Después, sembré diferentes plantas para usarlas como tinte. Por muchos años pinté paisajes de montañas, sus nubes, y los cambios que ocurrían poco a poco. Quería llamar la atención a esos cambios en mis obras de arte. Cuando me mudé a Chicago, muchos me preguntaron qué es lo que iba a pasar con mi trabajo porque es una ciudad no muy bien conocida por su naturaleza. Esa fue la pregunta que yo también me preguntaba. 

“Con el tiempo, realicé que no tenía que enfocarme solo en la naturaleza y en el uso de material orgánico, sino en el sentimiento que la naturaleza ofrece en los espacios. Empeze a notar cuánto se usa el metal y el concreto y comparaba cómo lucía el uso de materiales orgánicos en comparación, contando historias del pasado y el presente de ciertos lugares.”

MA: Cuéntame sobre el momento en que empezaste a adaptar tu arte a este nuevo ambiente?

MN: La primera pieza que hice en Chicago se llama Walking Home. Empecé en el verano con la intención de conocer mis alrededores y en especial el camino a mi casa, caminé una hora o dos colectando plantas que cruzaba en mi camino. Cuando llegaba a mi estudio, observaba las plantas y las acomodaba. Al ver el cambio orgánico, las piezas eran como yo, mis emociones, y la naturaleza: siempre cambiando. 

Con el tiempo, realicé que no tenía que enfocarme solo en la naturaleza y en el uso de material orgánico, sino en el sentimiento que la naturaleza ofrece en los espacios. Empeze a notar cuánto se usa el metal y el concreto y comparaba cómo lucía el uso de materiales orgánicos en comparación, contando historias del pasado y el presente de ciertos lugares. 

Recientemente, he tenido interés en aprender más sobre espacios, tierras, y fenómenos naturales con estudiar la tierra y material encontrado que hablan sobre el pasado y el presente. Esto también es una práctica para meditar y conectar con mi ser. Tratar de entender mi lugar en este espacio donde estoy, y cómo funciona y reacciona esta tierra en diferentes tiempos, sean largos o cortos. Como las montañas. 

Mariana Noreña, The House That Lives Within Me, 2023. Acero, agua de el lago Michigan, madera, tierra de Bogotá, tierra de Chicago, maiz, romero, papel reciclado, y sonidos. Fotos x Jonas Müller-Ahlheim.

MA: Acabas de hablar de muchas cosas importantes. Me captiva como hablas de el tiempo, en los cambios que ocurren más rápidos que otros. Se me hace interesante pensar en cómo el tiempo impacta el lugar en donde estas. Tu relación con Colombia es íntima entonces tu percepción de allí es diferente a esta nueva locación. 

MN: En Bogotá no era obligada a reconocer mi lugar, mi posición en los espacios como tuve que hacer cuando llegue a Chicago. Hablando del tiempo, esos cambios rápidos y más despacio fueron muy obvio cuando me mude aquí. En Colombia miraba las montañas y por no tener temporadas climáticas, notaba cambios muy lentos en ellas. Pasaban años sin ver cambios! Cuando llegué aquí todo cambiaba tan rápido y mi perspectiva cambió. Antes miraba las montañas de lejos y ahora miro a lo que crece en el piso. También el hacer ese ejercicio de caminar y recolectar plantas, semillas, palitos, y piedras fue mi modo de seguir deteniendo la naturaleza antes que llegue el invierno.

MA: Me sorprendió el modo que notaste los materiales en Chicago, como el metal y concreto, que también se hallan en Bogotá pero como lo notas aquí. 

MN: Si, porque es un nuevo lugar, lo note mas. En Bogotá, el metal y concreto es usado pero no me llamaba la atención como la naturaleza. Este interés en el material abrió muchas puertas y preguntas: cómo es que estos materiales hechos por humanos afectan el ambiente? ¿Cómo cambian la experiencia de vivir entre estos paisajes? El lago aquí tiene playa construida por humanos con concreto que forman lugares para sentarse uno y tener un momento con el agua, pero esa experiencia no es parte de la naturaleza orgánica. Como mencioné, ahora estoy más interesada en cómo estos materiales cuentan una historia. Mi práctica es una investigación. Yo siempre he explicado que la observación es mi método de creación porque considero la importancia de sentarme y observar. En mi presente, siento que los espacios nos están contando algo cuando ponemos atención. Más sobre el pasado pero también sobre el día de hoy y como estamos cambiando el mundo. 

“Las piezas que crea para esta exhibición fueron hechas usando material ecológico–tierra, semillas de quinua, hojas de mora, madera de pino, eucalipto, y ceniza. Mi intención es sanar el duelo y honrar la tierra y lo que podemos aprender sobre las prácticas ancestrales que involucran cultura con ecología.”

MA: Puedes darnos un ejemplo de eso en tu práctica? 

MN: En mi investigación con los páramos. Mi exhibición en la galería Murmurations habla sobre un evento que ocurrió en Colombia en Enero de este año donde los páramos se quemaron por falta de lluvia. Los páramos es una ecosistema debajo los Andes y son únicos, existen solo en Colombia y en pocos lugares en el mundo entero. Colectan mucha agua. Las plantas de esta región solo crecen ahí y en colombia con importante porque ofrecen agua a todo Bogotá y a los ríos que tocan la Amazonia. En la Amazonia, esta agua evapora y alimenta la atmósfera para crear ríos en nubes que no solo beneficia a Colombia sino a territorios secos en todo el mundo. 

Las piezas que crea para esta exhibición fueron hechas usando material ecológico–tierra, semillas de quinua, hojas de mora, madera de pino, eucalipto, y ceniza. Mi intención es sanar el duelo y honrar la tierra y lo que podemos aprender sobre las prácticas ancestrales que involucran cultura con ecología. 

La gente Muisca son civilizaciones que vivían en el este de Colombia. Su cosmogonía habla sobre la necesidad de preservar los páramos, que es considerado tierra sagrada que protege la armonía de nuestro mundo. Ellos cuidan la tierra, montañas, bosque, y los ríos de los páramos, cuidando la vida, conciencia, y espíritu de estas tierras. Los Muiscas consideran cada planta y semilla como símbolos. Quinua representa fertilidad, abundancia, y conexión espiritual con la naturaleza. El maíz representa la vida y el sol. Tienen la creencia que sus dioses habían creado los primeros humanos del maíz, y usan el maíz en sus rituales para pedir bendiciones en sus cosechas, protección, y prosperidad. El Quinua y el maíz son ofrecidos a los dioses como agradecimiento y devoción, y también para garantizar el éxito de la tierra. 

“Los Muiscas consideran cada planta y semilla como símbolos. Quinua representa fertilidad, abundancia, y conexión espiritual con la naturaleza. El maíz representa la vida y el sol. Tienen la creencia que sus dioses habían creado los primeros humanos del maíz, y usan el maíz en sus rituales para pedir bendiciones en sus cosechas, protección, y prosperidad.”

En el proceso de crear arte para esta exhibición, encontré que mi proceso era mi modo de sanar mi propio duelo. Tengo esperanza de que mi trabajo pueda ayudar a recordar y reconocer enseñanzas ancestrales y la importancia de los páramos y las montañas.

Mariana Noreña, Territorio Semilla, 2024. Vidrio soplado y cenizas. Fotos x Jonas Müller-Ahlheim.

MA: Suena tan bello y agradezco la maneras diferentes que los materiales funcionan en tu trabajo: son una inspiración, nos enseñan mucho, y tu uso de materiales para crear otros materiales que nos cuentan algo. Eres muy atenta a no solo que pueden hacer físicamente, sino también que representan.  

“Como somos parte de un lugar y como es que llegamos a llamar un lugar hogar? Empecé a encontrar materiales y a tener momentos con lugares que se sentían como mi hogar. Mi trabajo combina muchos de esos materiales para mi en una instalación multisensorial.”

MN: Si, mi pieza The House That Lives Within Me/ La Casa Que Habita Dentro De Mi (2023) es resultado de la pregunta que me hice cuando llegamos en Chicago: Como somos parte de un lugar y como es que llegamos a llamar un lugar hogar? Empecé a encontrar materiales y a tener momentos con lugares que se sentían como mi hogar. Mi trabajo combina muchos de esos materiales para mi en una instalación multisensorial.

Use romero porque cuando lo sembré en mi casa en Colombia para usarlo como tinta, cada vez que llovía olía a él. Entonces ahora esa esencia me recuerda a casa. Cuando entras a mi instalación puedes oír el ruido del árbol de mi casa en Colombia también. Con estos materiales, mi intención es invitar al espectador a ser bienvenido a el lugar que llamo hogar. Quiero que se pregunten a sí mismo si nuestra casa vive en nosotros, que no?

Mariana Noreña, Frailejon Centro de agua, 2024. Vidrio soplado, agua y tierra. Foto x Kat Bawden.

MA: Si, como un caracol! Es una mentalidad de ser migrante. Yo he sido migrante toda mi vida y soy afortunada en sentirme en casa en muchos lugares. Es por eso que agradezco como llegas a un lugar e intentas entenderlo. Lo navegas con ternura y curiosidad y se refleja en tu práctica. 

MN: Si, exacto. 

MA: Fue interesante que rápido encontraste un hogar en esta ciudad. Cuando hablas de tu hogar en tu nuevo trabajo te refieres a Chicago. ¿Fue la primera vez que te mudaste de Bogotá? 

MN: Fue la necesidad de no sentirme como un extraño. Pienso que mi hogar vive en mi. Es un sentimiento. Al llegar tenía la intención de crear mi casa, y cuidarla. Yo siempre le e dado mucha importancia a sentirme en casa, que lo encontré en mi apartamento. Le di amor y lo amo. Lo ise mi hogar. 


Photo Credit: Tran Tran

Sobre la Autora: Mariela Acuña is an art administrator and curator from San José, Costa Rica currently based in Chicago. As Exhibitions and Residency Manager at Hyde Park Art Center, she stewards the Jackman Goldwasser Residency, curates exhibitions, manages the micro-publishing platform Green Lantern Press, and along with a team designed and administers the Artists Run Chicago Fund, a regranting initiative that distributes grants to artist-run platforms in Chicago. She holds a BA in Art History and a BFA in Sculpture from Florida Atlantic University and a dual MA in Art Administration and Public Policy and Art History, Theory, and Criticism from the School of the Art Institute of Chicago.

Sobre la traductora: Luz Magdaleno Flores is Sixty’s Bilingual Editor. She is a Chicana art curator, poet, textile artist, content creator, and fotógrafa based in Pilsen by way of Oxnard, California, also known as DJ Light of Your Vida. As a content creator and layout designer she has published Tiempos Oscuros Foto Magazine, La Pera Chapbook, Bajito & Suavecito Foto Zine, Cultura Mexicana en Pilsen y La Villita Chicago (winner of the first place photo book 2016 at Roosevelt University), ¿SERIO? Zine, and edited the last six Brown and Proud Press Anthologies. Her words have been featured on the Chicago Reader, South Side Weekly, Canada’s Broken Pencil Magazine, Xicanation.com, and Reverb LP. @lightofyourvida

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